2575 Reidville Rd. Spartanburg, SC 29301
(864)576-1164

A Farewell to Our Beloved Pope Francis / Despedida de nuestro querido Papa Francisco

Today, before the sacred remains of our dear Pope Francis, I stood in prayer — not only for him, but with him. With deep emotion, we entrust him to the loving arms of the Blessed Mother, who once promised our founders that she would never abandon our Order. We now commend our beloved Holy Father to her maternal care.

As he so often asked, “Pray for me,” we now turn the request back to him: Holy Father, pray for us. Pray for the Church you loved and shepherded with humility and tender strength. Pray for us who remain, now preparing to receive your successor, that we may stay faithful to the Christ-like spirit you modeled.

Thank you, Papa Francesco, for teaching us to walk humbly, to embrace our humanity, and to see Christ in every face. You reminded us that true leadership means service, that true faith means mercy, and that to be Church is to be family.

We do not say goodbye forever — only, “Ci vediamo a presto, Papa Francesco.” With Mary, with our founders, and with grateful hearts, we ask your intercession as we continue our pilgrimage toward the Kingdom you preached with your life.

Rest in peace, beloved shepherd. And continue to walk with us.

Fr. Ted, CRM

 

Hoy, ante los sagrados restos de nuestro querido Papa Francisco, me he puesto en oración, no sólo por él, sino con él. Con profunda emoción, lo encomendamos a los brazos amorosos de la Santísima Madre, que una vez prometió a nuestros fundadores que nunca abandonaría nuestra Orden. Ahora encomendamos a nuestro amado Santo Padre a su maternal cuidado.

Como tantas veces pidió: «Ruega por mí», ahora le devolvemos la petición: Santo Padre, ruega por nosotros. Ruega por la Iglesia que amaste y pastoreaste con humildad y tierna fortaleza. Ruega por nosotros, los que quedamos, que ahora nos preparamos para recibir a tu sucesor, para que podamos permanecer fieles al espíritu de Cristo que tú modelaste.

Gracias, Papa Francisco, por enseñarnos a caminar con humildad, a abrazar nuestra humanidad y a ver a Cristo en cada rostro. Nos recordaste que el verdadero liderazgo significa servicio, que la verdadera fe significa misericordia, y que ser Iglesia es ser familia.

No nos despedimos para siempre – sólo, «Ci vediamo a presto, Papa Francesco». Con María, con nuestros fundadores y con corazones agradecidos, pedimos tu intercesión mientras continuamos nuestra peregrinación hacia el Reino que predicaste con tu vida.

Descansa en paz, amado pastor. Y sigue caminando con nosotros.

P. Ted, CRM